Skål International Bangkok’s ayuda a una madre a repatriar a su hijo profesor

Una historia llena de tenacidad e ingenio de una madre decidida a triunfar.

La difícil situación de una madre para rescatar a su hijo de 23 años, John de Villiers, que estaba desamparado en Asia, y el deseo de su madre de devolverlo sano y salvo a su casa en Sudáfrica, dio lugar a una historia fantástica que debe ser contada. 


La asombrosa historia involucra contactos clave disponibles a través del alcance global de Skål International, embajadas de 3 continentes, un vehículo y un viaje de 27 horas durante 3 días volando unos 22.000 km, literalmente la mitad de la distancia que hay  alrededor del mundo.

Nicolette de Villiers, al relatar su extraordinaria historia, me dijo: “En enero de 2020 mi esposo y yo inscribimos a nuestro hijo John en la Academia Explore Asia, en Hua Hin, Tailandia, para completar un curso de TESOL con la idea de que pudiera enseñar inglés mientras completaba su título de BCOM online. Con mucha emoción y anticipación nosotros, como familia, fuimos a Hua Hin para visitar la Academia y asegurarnos de que sus actividades eran legales,”. 

Una vez de vuelta en Sudáfrica con su hija (su marido tuvo que regresar a China, donde trabaja), se le informó de que su hijo sería trasladado a Myanmar para enseñar inglés. John, lleno de entusiasmo, voló a Yangon en Myanmar desde Tailandia. 

La escuela era de propiedad privada y la dirigía la Sra. Chan, una señora china/birmana directora de la escuela. Reunió aproximadamente 100 alumnos para que John y los demás extranjeros enseñaran. John fue enviado a una escuela en Mawlamyine que estaba a seis horas de viaje en autobús desde Yangon. 

Con el aumento de la prevalencia del Covid-19, la familia preguntó continuamente a John sobre el estado del virus en Myanmar. Inicialmente la escuela siguió funcionando, pero había menos alumnos. Algunos profesores extranjeros ya se habían ido y más tarde la escuela se cerró por completo. Quedaron dos profesores aparte de John.

Con Sudáfrica anunciando el 23 de marzo de 2020 que entraría en la primera etapa de cierre, Nicolette solicitó a la embajada de Sudáfrica en Bangkok ayuda para la repatriación de su hijo. 

En Myanmar había desconfianza local y temor de que los extranjeros propagaran el coronavirus, los maestros estaban cada vez más aislados y rechazados por todos los locales. Al final, el director de la escuela los trasladó a Thanbyuzayat, 64 km al sur, donde no había rastro de Covid-19.

Nicolette me dijo: “Una noche me reuní con un amigo de la familia, Helmut Amos, y le expliqué mi situación, que no sabía qué hacer pero que había decidido intentar sacar a John de Myanmar, donde estaba atrapado y muy lejos de Yangon sin opciones de transporte,”.

La necesidad de sacar a John de Myanmar era cada vez más urgente. Me sentí incómoda y noté que John empezó a sonar menos optimista durante nuestras llamadas de WhatsApp. Al principio estaba seguro de que la escuela volvería a abrir y que volverían a enseñar. A menudo, cuando le llamaba, el municipio donde se alojaba sufría un fallo eléctrico durante horas y horas,” recuerda Nicolette. 

Después de días, semanas y meses de llamadas telefónicas e intercambios de correos electrónicos, parecía imposible llevar a John a casa hasta que una conversación casual mostró un posible camino a seguir. Fue una suerte que durante la conversación con su amigo Helmut, le sugiriera ponerse en contacto con su amiga mutua Reni Hildenbrand, propietaria de Hildenbrand Wine & Olive Estate en Sudáfrica. Reni conocía al miembro de Skål International Bangkok, Allan Riddell. Con los contactos de la asociación mundial de viajes y Turismo de Allan y sus vínculos con la Cámara de Comercio Tailandesa de Sudáfrica, contactaron con el Sr. Graham Macdonald, Consejero Honorario de la cámara de SATCC, y todos desempeñaron un papel importante para coordinar todos los acuerdos del complejo plan.

En Myanmar, el país estaba cada vez más bloqueado debido al Covid-19, los movimientos entre provincias eran difíciles, las autoridades exigían cada vez más trámites... Era imperativo llevar a John a Yangon sin demora. Como no había vuelos directos a Sudáfrica y todas las fronteras con los países vecinos estaban cerradas, la única salida era a través del aeropuerto internacional de la capital de Myanmar.

Con la ayuda de todos los interesados y, en particular, de la madre de John, Nicolette, se hicieron finalmente los preparativos necesarios, después de mucho trabajo, para que John saliera en avión.

Volando primero con Korean Air, de Yangón a Incheon y luego a Amsterdam.

En Sudáfrica Nicolette contactó con TTS KLM Repatriación. La agencia fue muy útil y le informó que podía reservar dos billetes separados y que el período de tiempo para los vuelos de conexión no podía extenderse más de 48 horas. Ella lo comprobó KLM persiguió la repatriación a Ciudad del Cabo, que conectaría con los vuelos de Korean Air que vienen de Yangon- Incheon - Amsterdam. “Tenía esperanza y fe,” dijo.

Al mismo tiempo, Nicolette le pidió a John que averiguara cómo y qué medio de transporte podía usar para ir de Thanbyuzayat a Yangon. Se le dijo que los autobuses operaban sólo para los locales, pero también se le informó que con la nueva legislación no había taxis o autobuses (incluso para los locales) permitidos para conducir a Yangon debido al cierre.

También se le dijo a John que un pueblo entre Thanbyuzayat y Yangon había sido cerrado y que tendría que entrar en cuarentena durante cinco días para llegar a Yangon.

El 18 de septiembre John recibió una carta muy importante del Laissez Passer. 

El sábado 19 de septiembre John fue a un centro de salud para una prueba de Covid. Costó 200 dólares. El domingo 20 de septiembre se dieron a conocer los resultados, John dio negativo. Una parte vital de los trámites se había completado. Ahora las cosas se empezaron a mover rápido.

Primero cogerían un taxi antes de cambiar de vehículo a una ambulancia. El propósito de la ambulancia era aumentar las posibilidades de pasar los controles de carretera  y llegar a tiempo a su vuelo.

¡Era un pequeño engaño, pero funcionó!

El confiado ex-conductor militar encendió las sirenas de la ambulancia y no fue detenido y se le permitió el paso seguro con su paciente ‘enfermo’ sin demora.

John voló el 21 de septiembre a las 21:00 de Yangon a Seúl/Incheon llegando el 22 de septiembre a las 5:25h.

John volaría entonces de Seúl/Incheon 14:05h. a Ámsterdam llegando a las 18:55h. y más tarde saldría de Ámsterdam el 22 de septiembre a las 21:50h. llegando a casa en Sudáfrica aterrizando en Ciudad del Cabo el 23 de septiembre a las 9:20h.

El esposo de Nicolette, Villiers, (aún encerrado en China), ofrecía apoyo emocional a larga distancia y le dijo a su esposa que sólo tenía dos prioridades, sacar a John de Myanmar y la segunda - sacar a John de Myanmar. ¡Y lo consigió!


John y Nicolette de Villiers - madre e hijo reunidos en su casa en Paarle, Sudáfrica.

Por Andrew J Wood.